L'últim Sífir

Ésta es la historia de una extinción. De la desaparición de un personaje y su entorno, representando una cultura, una forma de hacer y entender el mundo, unos saberes. De un exilio dentro de la propia patria, como diría el poeta Iraní Moshen Emadi. La inseguridad ante una realidad cambiante de forma violenta nos lleva a un viaje inevitable. El conflicto entre el progreso y el legado ancestral. La soledad que genera ser atravesado por una corriente evolutiva sin puntos de anclaje en el tiempo, en las memorias. Un viajero que forma parte de una historia que ya no existe, como el último hablante de una lengua o el último habitante de un pueblo. Que no puede compartir su forma de entender el mundo con el resto de una sociedad que, en cambio, le impone la suya.

Sífir es una palabra polisémica del kurmanji que significa nada, cero. Pero también raíz y cobre. El último Sífir se encuentra entre la raíz y el cobre, entre la madera llena de vida y el frío metal, entre el pasado y el presente... bailando entre la arena y el viento. Entre quedarse en un espacio lleno de ausencias o marcharse, abandonando ese pasado y entregándose al cambio.