Cos i Crit

“Todo esto es lo que he aprendido, lo que he vivido, y sólo se podía devolver en forma de espectáculo. Es la única forma que tengo de decir las cosas”.

¿Cómo evoluciona el gesto personal y artístico a lo largo de 20 años de experiencia? ¿Se puede hacer una radiografía del tiempo? ¿Puede fijarse en un espectáculo de 50 minutos? ¿En un primer solo a los 50 años?

Una experiencia a punto de desbordarse, con la energía desnuda y temblorosa que sólo es posible transmitir desde la madurez.

Llevado por una mujer que se levanta para ser ella misma en un punto en que la mujer se vuelve invisible. Llegando al amanecer de sus 50 años toma la decisión de encontrar su sitio y de mostrarse tal y como es.

Pruebas, retos y representaciones vertiginosos que nos invitan a mirar en las profundidades de nosotros mismos con curiosidad, ligereza y amor. Un habitar poético del mundo, el cual, a veces, necesita de un profundo simbolismo, incluso de una aproximación con toques surrealistas, para encontrar su plenitud.

La cuerda volante, la cuerda lisa, la rueda Cyr, el andar boca abajo o los látigos, técnicas de circo a través de las cuales se articula esta vibración.

Es una reflexión de la condición humana; frágil y potente, a la vez, que a través de las diferentes técnicas de circo quiere mover al espectador de la silla.

Finalmente, todo lo que trasciende de la visión aterradora y liberadora que supone ver a una mujer, poniendo la vida en riesgo, a 7 metros sobre nuestras cabezas, con la cuerda volante... o la tremenda fascinación, casi hipnotizadora, del giro infinito de la rueda Cyr, quiere tocar al espectador. Acompañarle, de algún modo, hasta sus propios límites.

Sólo en el límite es donde encuentra la verdadera esencia. Como en la vida misma, un camino de tormenta, serenidad y catarsis.